Los baños de vapor, baños turcos o hammams, como se les llama en Marruecos, usan vapor para limpiar el cuerpo a través de la transpiración de la piel. Sus orígenes se remontan a los antiguos griegos y egipcios, y su efecto limpiador y beneficios para la salud significa que siguen siendo utilizados hoy en día.
Un baño de vapor es una habitación donde la humedad relativa se mantiene al 100%, con una niebla fina producida debido a la temperatura estratificada, de 20-25 ° C a nivel del suelo, hasta 40-50 ° C en el techo. En comparación con el ambiente seco de una sauna, la transpiración es menos intensa, sin embargo, considerando que el tratamiento puede durar más tiempo, se produce mucho más transpiración, con numerosos efectos beneficiosos:
La transpiración natural trae limpieza profunda y purificación de la piel;
Excelente para las vías respiratorias, también dilata los vasos sanguíneos y mejora la circulación;
Un efecto revitalizante y relajante que ayuda a aliviar el estrés cotidiano.
Los humidificadores de vapor son la parte esencial de los baños de vapor, creando las condiciones ideales de humedad y temperatura para el tratamiento requerido. Las esencias también se añaden al vapor, como el aceite de eucalipto, para mejorar aún más la sensación de bienestar durante la sesión.
La línea Wellness de CAREL se ha desarrollado específicamente para esta aplicación, en colaboración con un líder en la construcción de centros de bienestar, y permite el control total no sólo de la producción de vapor, sino también la gestión de luces, esencias y ventiladores.